Recientemente se habla mucho de RSE y creo que, como en otras cosas, no se tiene muy claro qué se quiere decir, a quién le afecta, cómo se puede poner en práctica y, sobre todo, el por qué aparece con tanta fuerza. Creo que la principal confusión es pensar que es un tema que incumbe sólo a grandes empresas, a grandes compañías que, interesadas en desarrollar una intachable imagen, realizan acciones destinadas a tal efecto, obras sociales, políticas con los empleados, declaraciones públicas de compromisos con sus clientes, planes de respeto al medio ambiente, y otras buenas obras que generaran sin duda una excelente predisposición.
Pero quien esto escribe conoce a no pocas pymes, que guiadas por su buen hacer han consolidado su proyecto empresarial a base de confiar en sus empleados, comprometerse con sus clientes y proveedores, procurar hacer las cosas cada vez mejor, respetar la sociedad en la que están inmersos hoy y además quieren estarlo mañana. Empresas pequeñas que, impulsadas por un puñado de magníficos emprendedores, asumen el reto de un proyecto en el que creen y sienten hasta en los más íntimo de su alma. Son ‘empresarios socialmente responsables’.
Según el libro verde publicado por la UE, la RSE es “la integración voluntaria por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con sus interlocutores”. Esa integración que, claro, es voluntaria, puede obedecer a razones de oportunidad como hemos podido comprobar recientemente en corporaciones internacionales que han necesitado lavar su imagen enturbiada por algún escándalo. Pero también pueden responder a otras razones más elevadas como recuerda Adela Cortina, directora de la Fundación Étnor, pueden responder a quienes creen profundamente que la empresa debe ser justa, debe ser prudente y debe ser eficiente. Ser justa significa percatarse de que todo afectado por la empresa debe ser tenido en cuenta, propietarios, empleados, clientes, proveedores, sociedad en general; ser prudente significa optar por medidas que favorezcan la permanencia en el tiempo, y ser eficiente ser competente en la administración del negocio. Las grandes empresas muestran una creciente sensibilidad hacia el tema porque el mercado, compuesto por consumidores cada vez más exigentes e informados, no perdona y las noticias respecto a estas corporaciones se transmiten como temas de gran vigencia.
La necesidad de pymes socialmente responsables
Pero la creación de empleo se concentra cada vez mas en las empresas nuevas y pequeñas, y no en las grandes. Los países que presentan un mayor aumento en los índices de iniciativa empresarial tienden a mayores reducciones de las tasas de desempleo (Entrepreneurship: A survey of the literature David B. Audretsch October 2002). A la sociedad le interesa que las pymes sean socialmente responsables. Como recordaba Ángela Laguna, directora general de Vea Quilitas, más del 90% de las empresas españolas son pymes, el verdadero impacto de los criterios de la gestión sostenible se evidenciará en nuestra economía cuando esa gran mayoría de nuestras ‘unidades empresariales’ los asuman como parte de su estrategia.
Una estrategia basada en el esfuerzo por identificar a dónde se quiere llegar, un esfuerzo empresarial por diferenciarse de los demás, es decir, por alejarse de la improvisación permanente, por encontrar las vías para ofrecer una propuesta comercial original, genuina y auténtica, y una vía excelente es la de la responsabilidad social. La responsabilidad genera resistencias para algunos pues se asocia con obligatoriedad. Pero responsabilidad también lleva aparejadas otras connotaciones. Por responsable se entiende aquel que pone cuidado y atención en lo que hace, aquel que es digno de crédito, de reputación, y es de eso de lo que estamos hablando. Asumir en la empresa la responsabilidad social persigue generar y afianzar crédito social, reputación para la compañía y eso ciertamente es conveniente. Para la empresa que, independientemente de su tamaño, quiera permanecer en el actual escenario empresarial.
Asumir la responsabilidad social persigue generar y afianzar crédito social y reputación, aspectos necesarios para la empresa que quiera permanecer en el actual escenario empresarial.
VICEPRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN ÉTNOR Y SOCIO DIRECTOR DE INMERCO
OPINIÓN
Enrique L. Belenguer
martes, julio 17, 2007
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