La Responsabilidad Social de la Empresa, comúnmente llamada RSE, se define como aquellas prácticas voluntarias llevadas a cabo por las organizaciones que van más allá de lo estipulado por ley.
Hace un tiempo tuve la oportunidad de asistir a una serie de grupos de discusión con comerciantes, asociaciones y técnicos de la administración valenciana. El objetivo fundamental era el conocer las opiniones de la sociedad sobre la implantación de políticas de Responsabilidad Social dentro de la Empresa (RSE).
Como es conocido, algunas de las grandes empresas están aplicando ya políticas de este estilo. Mercadona, por ejemplo, ha creado guarderías para los hijos de sus empleados, Carrefour contrata a más gente con discapacidad que lo que marca la ley…
El problema radica cuando la aplicación de estas buenas prácticas, tanto como estrategia empresarial como obligación moral, las trasladamos al “pequeño comercio”. Tras hacer una reflexión de todas las opiniones recabadas se encontraron tres impedimentos básicos:
- Gran parte de los comerciantes, así como gran parte de la sociedad no conoce el significado de la RSE.
- Los medios para su aplicación son más escasos que los que tienen las grandes empresas.
- Lo que haga un pequeño no tiene importancia con respecto a lo que haga un grande, ni siquiera cuando todos esos pequeños se aúnan en uno solo.
No obstante, no todo parece ser un esfuerzo inútil. Algunos pequeños comerciantes vienen aplicando sin saberlo estas políticas desde años atrás. Sus empleados son considerados casi como familiares, reciclan habitualmente, mantienen limpias las calles, aportan riqueza al barrio y reinvierten en él.
¿A caso esto no es en parte responsabilidad social?
Pablo Bellido